" EL OXÍMETRO LE SALVÓ LA VIDA" Como todos los domingos, salimos a correr, ella me esperaba a las puertas de la piscina municipal, que está a las afueras de la ciudad, y de allí partíamos hacia el campo y la playa. Esta ruta la teníamos medida e íbamos a realizar la sesión, según la guía de entreno, que teníamos preparada para el inicio de las carreras, que comenzaría el próximo mes de mayo. La sesión aparentemente fue suave y en una hora y cinco minutos estábamos de vuelta, llegando en esta ocasión hasta mi casa, dado que Ana tenía que recoger los apuntes, que olvidó el viernes, después de nuestra tarde de estudio. Llegábamos con inquietud, porque se hacía tarde y ella tenía que ir a comer a casa de sus padres, pero de repente empezó a jadear, sentía como si el pecho le oprimiera, sus latidos s...